Estoy muy cansado.
Sin dormir , sin comer, tenso por una moto que no acabo de dominar.
Hago noche en un pueblo cerca de la ciudad rusa de Astracan, en una
pensión de gasolinera, limpia y barata que cumple su función.
Aprovecho para poner a punto la moto. La luz roja de emergencia que
se encendía en la moto era un sensor que avisaba que la presión de
las ruedas era baja. Nada grave, les doy aire y problema solucionado.
Sujeto un retrovisor suelto y otros problemillas menores y...ruta
hacia Stalingrado.
Cuando empecé a
planificar este viaje me marqué dos objetivos :
1) Volver con la
moto y entero,
Hay ciudades míticas
que solo oír su nombre me apetece ir a visitarles, como Samarkanda o
Manaus. La sonoridad del nombre llama.
El caso de Astracán,
o Stalingrado es de esos. Si ademas puedo hacerlas en moto y en una
ruta entre ambas, pues perfecto. Era la etapa de este viaje que mas
me apetecía hacer.
Entre ellas hay una
carretera que las une de casi 600 kmts bordeando el rio Volga.
El rio Volga es uno
de los ríos mas grandes del mundo, comparable al Amazonas o al Nilo.
Discurre durante miles de kilómetros por Rusia en un cauce de rio
normal, hasta Volgogrado. A partir de ahí se sale del cauce y
durante unos 500 kmts se “desparrama” por la estepa hasta
desembocar en el Caspio creando una enorme marisma llena de fauna,
vegetación, campos y vida en medio del desierto.
Hay una carretera
que recorre esa marisma por la orilla oeste, y por ahí voy.
La moto y yo
empezamos a entendernos, hace calor pero es soportable. 570 kilómetros de una de las rutas mas apetecibles de hacer en moto.
Apenas hay trafico,
solo se ven campos, pájaros, vacas y...la moto va como una seda.
Curvas suaves, soledad, terreno llano y sin problemas de velocidad.
Seria una buena ruta para hacerla en Harley....
Al final de la ruta,
cruzando el rio Volga.....¡¡Stalingrado¡¡........bueno, vale, ya
se que ya no se llama así, pero es con ese nombre con el que ha
pasado a la historia.
Stalingrado es y
será recordada por haberse desarrollado en ella la batalla mas cruel
y letal de la historia. Debajo de por donde yo iba rodando murieron y
seguramente todavía están 3.000.000 (si, ¡¡¡tres millones¡¡¡)
de personas. Ahí, Hitler hincó la rodilla. Stalingrado es la
historia. Volgogrado es la realidad.
Tras cruzar un puente sobre el
Volga, cual si fuera el Missisipi, llego a la fea ciudad. En su
momento debió de ser un prodigio de urbanismo . Amplias avenidas,
alamedas, espacio, luz, edificios bien conjuntados y orientados y la
inmensa estatua de “Madre patria llama” omnipresente desde
cualquier rincón de la ciudad , pero ya digo....eso debió ser hace
décadas, ahora las calles lucen llenas de baches, las casas con
desconchones y las aceras rotas o sencillamente inexistentes.
Definitivamente esta ciudad debió haber conocido tiempos mejores.
Decido tomarme el
primer día libre. Aparco la moto y me dedico a dormir, pasear y
conocer la ciudad, La moto ni la toco. Toca ir pensando en las
siguientes etapas por Ucrania ….. Pero hoy …..madre Rusia me
llama, pero a descansar.
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